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La Comunicación Interpersonal: Aspecto No Verbal

La comunicación no verbal se realiza a través de multitud de signos: imágenes sensoriales*, sonidos, gestos, movimientos corporales, etc. Generalmente, acompaña, completa, modifica o sustituye al lenguaje verbal.
Cuando hablamos, otras señales acompañan a nuestras palabras, aunque no seamos muchas veces conscientes de ello. Estas señales son la entonación, las pausas, los gestos, las posturas, etc. Incluso podríamos decir que en una conversación cara a cara el componente verbal es un 35% y un 65% es comunicación no verbal.
Este 65% de elementos no lingüísticos que acompañan a la comunicación verbal pueden desempeñar varias funciones en el proceso de la comunicación. Pueden confirmar o reforzar lo que dicen nuestras palabras, como ocurre cuando decimos “Sí” y movemos la cabeza de arriba abajo. En otras ocasiones, pueden contradecir lo que se está diciendo, como cuando reaccionamos ante un chiste que nos parece muy malo con la expresión ¡Qué gracioso! Utilizando una determinada entonación.

  1. Los elementos paralingüísticos
Son los elementos que se usan de manera complementaria a la comunicación verbal, como el timbre de nuestra voz, la entonación, el ritmo o las pausas. Cuando saludamos a alguien y le preguntamos “¿Qué tal estás?”, aunque en la mayoría de los casos la respuesta sea la misma: “Muy bien, ¿y vos?”, es la entonación la que nos comunica realmente el estado de ánimo de nuestro interlocutor.



  1. Los elementos extralingüísticos
Estos elementos pueden utilizarse independientemente del lenguaje verbal, aunque casi siempre aparecen acompañando nuestras palabras.

  • B.1) La Kinésica
Es la parte de la teoría de la comunicación que estudia los gestos y los movimientos del cuerpo como medios de expresión.
Los movimientos del cuerpo constituyen una parte importante de lo que una persona está comunicando. Estos gestos funcionan como un conjunto y acompañan y completan el sentido de la interlocución verbal.

Los movimientos más significativos son los gestos que realizamos con las manos y con la cabeza. Muchos gestos son emblemáticos, es decir que tienen un significado determinado que podemos traducir con palabras, por ejemplo, mover lateralmente el dedo índice para decir que no. La gran mayoría de estos gestos no son universales, cada sociedad tiene su propio código.  Por ej., cuando un portugués se toca una oreja, quiere decir que algo le gusta. Si no conocemos este código cultural, no podremos interpretar su mensaje. Podría darse también que un mismo gesto puede tener interpretaciones distintas u opuestas en un país y en otro. (Ej. los dedos índice y pulgar unidos formando un circulo. En Arg.: satisfacción, en Venezuela: insulto).
A Los gestos y los movimientos del cuerpo podemos pensarlos como una comunicación silenciosa que acompaña al lenguaje, sustituye las palabras, regula la conversación, proporciona información acerca del estado emocional de una persona, manifiesta sentimientos, etc.
En una reunión de amigos, cuando alguno trae a un amigo que los demás no conocen, a veces es difícil establecer las primeras comunicaciones. Esto se refleja en actitudes del cuerpo que no son abiertas, como los brazos cruzados por ejemplo. La postura –junto a los gestos- es otro medio de expresión. De hecho, un cambio consciente en nuestros patrones posturales puede llegar a ser elemento importante en el cambio de actitudes y en el desarrollo de habilidades para establecer vínculos adecuados con los demás.

 Las Expresiones Faciales y la Mirada
Generalmente, lo primero que miramos al encontrarnos con una persona es su expresión facial. El rostro tiene un papel fundamental en las primeras impresiones que formamos de una persona. En la comunicación interpersonal, podemos obtener una parte importante de las emociones y actitudes a través de la observación de la cara. Cuántas veces sucede que el emisor “sabe”, sin que se lo digamos, que no se entendió mucho lo que termina de expresar.
La expresión de la cara  comunica, especialmente emociones o actitudes. Las distintas posiciones de los ojos, la boca, las cejas o los músculos faciales pueden expresar sorpresa, indiferencia, alegría, enojo, etcétera.
La mirada cumple funciones importantes en la interacción visual: observar las reacciones de los interlocutores mientras se está hablando, indicar que se ha captado una idea expresada por el otro, mostrar a quién se está dirigiendo.
“Una mirada vale más que mil palabras”. Esta frase popular sintetiza cuáles son los medios principales de comunicación no verbal de los que disponemos: el contacto ocular y la dirección de la mirada. Buscar información, mostrar atención e interés, controlar la interacción, dominar o influir al otro, dar pie durante la conversación, manifestar sentimientos o actitudes son algunas de las posibilidades que ofrecen estos medios.


Expresión facial:
Son los gestos asociados a ciertas emociones, cuyo mecanismo no depende directamente de nuestra voluntad sino de fuerzas nerviosas que accidentalmente generan o inhiben ciertos movimientos musculares.
En los humanos, a diferencia de los animales, cabe la posibilidad del disimulo o del control de este tipo de señales, aun cuando no sea sencillo en determinados estados emotivos o bien ofrezca una clara incongruencia de cara al comportamiento comunicativo de la persona que intenta disimular.
Los gestos con la cabeza tienen una gran importancia en la interacción por su rapidez.
Se distinguen tres tipos de expresiones faciales:
·         Agrado o desagrado
·         Atención o indiferencia
·         Indicadores de actividad
Hay seis emociones consideradas como universales por su carácter: alegría, ira, miedo, tristeza, sorpresa, asco.
Gran parte de la información inicial que el niño recibe del profesor procede también de la cara de éste. El niño a su manera interpreta al profesor por la expresión de su cara.
A veces con niños pequeños se producen efectos de imitación (sacar la lengua, mover las cejas, etc...). En los niños pequeños, la expresión de la cara, así como su apariencia, es una gran fuente de información. El rubor, los rasguños, las muecas, son signos comunicativos complementarios y a menudo, inequívocos.



La Mirada:
Es un indicador activo de escucha, de que estamos prestando atención a las demás personas con las que interactuamos y se emplea para regular los turnos de palabra entre dos o más interlocutores. Tiene función de sincronizar, acompañar y comentar la palabra hablada.
Se atribuye al intercambio de miradas la propiedad de transmitir un rechazo o predisposición. La mirada excesivamente prolongada puede resultar intimidatoria y des-adaptativa en el proceso de comunicación.
Las investigaciones han llegado a la conclusión de que las personas con mayor tendencia a la sociabilidad y a la relación efectúan mayor número de intercambio de miradas. Además se mira más cuando se habla de temas triviales o impersonales, cuando el interlocutor nos cae simpático o estamos interesados en las reacciones que provocamos.
La mirada y la dirección de los ojos disponen de una gran expresividad y denotan deseo de implicarse con lo que se está diciendo o pone de manifiesto nuestra falta de interés en lo que dice el interlocutor.
Del mismo modo, se disminuyen los contactos visuales con individuos a quienes se atribuye un estatus inferior. Los individuos con facilidad para la extroversión usan más la mirada, con mayor frecuencia y duración, que las personas de tendencia introvertida. Así, la mirada fija e intensa es indicadora de que la persona experimenta sentimientos activos y desviar la mirada de la cara del interlocutor es indicador de timidez o sumisión.
Las personas habituadas a pensar de forma abstracta utilizan la mirada más a menudo mientras que los niños con síndromes autistas y algunos pacientes psicóticos apenas usan la mirada, debido quizás a una larga experiencia de rechazo.
La mirada sustituye en muchas ocasiones a la palabra, sobre todo en la relación niño-profesor y puede utilizarla para preguntar, para indicar que no se sabe, que se ha terminado algo, etc. La mirada de adulto aprueba o desaprueba, también castiga.


La sonrisa:
Está considerada como un indicador de habilidad social positivo como gesto de pacificación.
Los tipos de sonrisa son:
- Auténtica: sirve para expresar experiencias emocionales auténticas.
- Amortiguada: se intenta disimular la intensidad de la emoción experimentada.
- Triste: se expresan emociones negativas.
- Conquistadora: auténtica son desviación de la mirada y reinicio con mirada furtiva.
- De turbación: se baja o se aparta la vista para no encontrarse con los ojos de la otra persona.
- Mitigadora: intenta suavizar un mensaje crítico o desagradable.
- De acatamiento: se reconoce la aceptación de un acontecimiento sin protestar.
- De interlocutor o de cooperación: como señal de que se a comprendido el mensaje.
- De coordinador o de cortesía: para regular la interacción verbal entre los interlocutores.
- Falsa: tiene como objetivo convencer al interlocutor de que se siente una emoción positiva cuando en realidad no es así, se detecta por su duración desmesurada.
Tiene función amortiguadora frente a la agresión, forma parte de los saludos convencionales y de las conductas sociales de cortesía, en ocasiones se emplea para ocultar emociones distintas a la que se expresa y abre los canales de comunicación con el interlocutor.


Gestos y movimientos del cuerpo
Los gestos con las manos y la cabeza sobresalen sobre los demás.
Factores que pueden afectar la gestualidad:
-Concepciones de orden cultural que condicionan conductas gestuales.
-Actitudes recíprocas de los comunicantes (eludir, corroborar, etc...)
-Diferencias de estatus o división de roles. Mayor estatus, mayor espacio para gesticular. Mayor desinhibición gestual en situaciones favorables y mayor rigidez en las desfavorables.
-Los estados emocionales del individuo (depresión, enfermedad, etc...)
-Los aspectos de la personalidad (edad, cultura, etc...)
Argyle distingue cinco categorías diferentes de señales no verbales:
-Gestos de ilustración o discurso (resaltar, prevenir, etc...)
-Gestos convencionales dependiendo de cada cultura (saludos, insultos, etc...)
-Gestos que expresan estados emotivos. No tienen específica misión de comunicar algo (morderse las uñas, ponerse las manos en la cabeza para reflexionar, etc...)
-Gestos que expresan aspectos de carácter personal. Propios de cada persona y de elaboración inconsciente.
-Gesticulación ritual. Celebraciones de tipo religioso o militar.
También se pueden clasificar en:
-Emblemáticos: actos no verbales con una traducción verbal específica conocida por la mayoría de la gente (dedos en V como victoria, pulgar levantado como OK, aplaudir, etc.)
- Adaptadores: consisten en la automanipulación del propio cuerpo con la finalidad de manejar emociones propias con orientación adaptativa. Se distinguen varios tipos:
·         Autoadaptadores: conducta de manipulación del cuerpo (frotarse los ojos por sueño o las manos por la ansiedad de hablar en público)
·         Heterodirigidos: dirigidos al interlocutor (acercarse o distanciarse, colocarse el pelo, etc.)
·         Dirigidos a objetos: conducta manipulativa de objeto, suele ser por una utilización previa (maniñular un encendedor tras encender un cigarrillo o el boligrafo después de haber escrito)
- Reguladores: con función de controlar y regular la interacción de la comunicación verbal (indicar al hablante que empiece a hablar, que hable despacio, que repita o termine).
- Ilustradores: acompañan a la comunicación verbal y están directamente relacionados con el mensaje que se transmite intentando reforzarlo (mover el dedo índice de un lado a otro para negar, señalar arriba o abajo, lentitud o rapidez, etc.).

Las posiciones que presentan los individuos en situación de intercambio, por ejemplo cara a cara, de lado, etc. resultan determinantes para transmitir determinadas actitudes y sentimientos.
La postura se considera un elemento poco controlado por parte de los individuos en interacción. Además facilita la comprensión de la actividad o la pasividad de un individuo así como la predisposición para intervenir o no intervenir.
El grado de relajación o tensión con que se mantiene la postura permite inferir el nivel de relación y el estatus asumido. Si percibo superioridad en mi interlocutor mi postura será la de sumisión, pero por el contrario si percibo inferioridad mi postura corporal guardará relación con mi autopercepción de superioridad.
La orientación y actitud del cuerpo, en el contexto escolar, es un exponente comunicativo de gran valor. El profesor orienta a menudo y dirige su cuerpo hacia determinados niños como señal no verbal aprobadora o desaprobadora. Situarse ante el niño o a su lado permite sobreentender el tipo de relación que se puede producir.
La orientación corporal depende del grado de intimidad entre las personas, el tipo de situación, etc.
En las situaciones en las que intervienen más de dos personas, es socialmente adecuado adoptar una orientación corporal que permita al resto de componentes visualizar completamente a los demás, resulta de mala educación dar la espalda a algunas de las personas.

El contacto físico:
Forma de comunicación muy frecuente cuando se establece una interacción social, familiar, laboral, de amistad, etc., es una conducta altamente relacionada con las emociones y las agresiones. La cultura ejerce fuerte presión y es una forma primitiva de contacto social, tanto en los humanos como en los animales.
Las emociones, la sexualidad y las agresiones se expresan fundamentalmente por este medio. El contacto físico tiene cualidades de duración, intensidad, y zona de contacto que lo determinan y caracterizan (saludo estrechándose las manos)
Cambia según el tipo de relación que haya, decrece con la edad, también es distinta según el contexto cultural y el sexo.
En el caso de los niños podemos atender a la observación de: ausencia/presencia de contactos físicos, contactos de tipo agresivo o afectivo, contextualizados por la situación o indiferentes a ella.
Ejemplos: El niño que busca la aprobación mediante el contacto con el profesor, el rechazo que algunos niños manifiestan ante las caricias, abrazar, tomar del brazo, etc.


  • B.2) La Proxémica
Se llama así al área de la comunicación que estudia la influencia de las distancias físicas en los procesos de comunicación, es decir, cómo el manejo del espacio se torna significativo en la comunicación interpersonal.
El contacto corporal –accidental o deliberado-, las distancias a las que se sitúan los participantes de la interacción, la orientación y la postura tienen un significado. Entre los integrantes de una pareja de novios, por ejemplo, la distancia será menor y el contacto físico mayor que entre dos “viejos amigos”.
La proximidad y la orientación, dentro del escenario de las relaciones interpersonales, son ricos indicadores sobre las actitudes del ser humano. Si un chico y una chica, aunque no digan nada y casi ni se muevan, se miran fijos y están muy próximos el uno al otro; podemos interpretar sin dificultad que tienen un interés recíproco.
Podrá parecer insignificante, sin embargo se considera que la imposibilidad de adaptarse a la variación de las distancias entre cultura y cultura, es una de las causas de que alumnos que realizaban intercambios estudiantiles fracasaran en la integración social en los países que visitaban. Por ejemplo, en Argentina, y en general en Latinoamérica, cuando hablamos con un amigo lo hacemos separados por 45 cm.; en Europa la distancia es mayor. Esto puede provocar muchos equívocos. Otra experiencia que realizaron los investigadores, consistía en sacar fotos de gente esperando el colectivo en diferentes países. En Alemania, entre persona y persona hay casi un metro. Si vivieron o estuvieron alguna vez en Buenos Aires, habrán podido observar que en algunas oportunidades, la distancia casi no existe. (menos aún dentro del colectivo).

La distancia o proximidad:
Habilidad social de la cual debemos hacer uso en función de las normas o convenciones sociales en las que se interactúa. Cada persona necesita de un espacio personal en el cual desenvolverse sin ser molestado por los demás.
En una situación de hacinamiento, en la que el espacio vital está muy reducido, se produce un importante malestar psicológico en el individuo. En un lugar abarrotado de gente se utilizan habilidades protectoras de la intimidad personal que salvaguarden el espacio psicológico ya que físicamente resulta imposible producir el distanciamiento deseado.
Ejemplos: Evitando mirar a la gente, mantener un rostro inexpresivo, disimular estar dedicado a la lectura de un libro, mirar el tablero que señala los números en el ascensor, etc.




* B.3) El  Aspecto Exterior


Así como podemos mentir con las palabras, también es posible mentir con el lenguaje no verbal. A nuestros gestos e incluso a nuestra manera de vestir, les hacemos decir cosas distintas de nuestras intenciones más profundas. Esto sucede porque el lenguaje no verbal aparece en lo exterior y, por lo tanto lo podemos manipular a nuestro antojo.
El aspecto exterior incluye un grupo de signos no verbales que no cambian durante la interacción: los rasgos de la cara, la configuración física, la vestimenta, el maquillaje, el peinado, etc. Estas señales sirven para transmitir diferentes significados como la edad, el género, los gestos, etc. La vestimenta es uno de los elementos más significativos ya que se encuentra, hasta cierto punto, bajo el control voluntario de la persona. Según como esté vestida una persona podemos inferir, por ejemplo, su pertenencia a un movimiento social determinado (hippie, rastafari, punk, etc.) o el tipo de situación en la que se encuentra (fiesta, partido de fútbol, etc.).
Existe presión social para que los individuos hagan ciertos gestos, para que asuman determinadas normas de comportamiento, o bien para que adopten formas de conductas regulares.
Los medios de comunicación social, sobre todo a través de la publicidad y del espectáculo, inducen a imitar gestos o modas de todo tipo: hace unos años, levantar los dedos índices de las manos era señal de “participación”; luego apareció la moda del tatuaje…Y así otras modas.

Antes, los cantantes populares se presentaban muy bien peinados, vestían correctamente y se mostraban “educados” frente al público. La ruptura de ese modelo lo observamos hoy en cualquier concierto de rock, al ver a los cantantes actuar a pecho desnudo, con melena suelta y larga, haciendo movimientos audaces o adoptando posturas antes consideradas atrevidas o provocativas.
En general, todos nos trazamos un ideal físico que quisiéramos mostrar.

Nos hacemos una imagen personal de lo que queremos que los demás vean en nosotros. El perfil exterior del lenguaje no verbal, es un modo de proyectar hacia fuera ese ideal de nosotros mismos que tenemos dentro. Lo que aparece en nuestros gestos, en nuestro modo de vestir, de andar, de mirar, de sonreír…en una palabra, el llamado “look” que vamos mostrando en nuestro territorio de relaciones sociales, se rige por una lógica comunicativa muy específica. Allí donde a menudo está en juego la aceptación o el rechazo de los familiares, amigos o conocidos, el conjunto de modalidades comunicativas no verbales necesitan ser manejadas con destreza.


Son muchas las personas que ejercen una determinada disciplina personal sobre su aspecto exterior a fin de comunicar o informar a los demás. La toma de conciencia sobre el aspecto exterior es progresiva: menor en el niño y mayor en las personas que su aspecto exterior se relaciona con su profesión (actores, vendedores, etc...)
Existen claras relaciones entre el aspecto externo y la personalidad. El aspecto exterior en los niños se muestra como un elemento comunicativo de mucha trascendencia, sobre todo para el profesor. El profesor también ejerce un fuerte influencia, con respecto a su aspecto externo, en los niños pudiendo llegar a variar radicalmente las relaciones profesor-alumno.



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