Sapukái, grito de guerra y de coraje
La lengua se compone no sólo de palabras, sino también de recursos extra
o paralingüísticos que complementan las situaciones comunicativas. Éstas ayudan
a expresarse de manera variada, de acuerdo con cada situación.
A menudo, los elementos de una lengua o de un
lenguaje se componen no sólo de palabras, sino de recursos extras o
paralingüísticos que complementan las situaciones comunicativas y que el
hablante las usa para una mayor o mejor claridad expresivas.
Éstas ayudan, en todas las experiencias del hombre, a cerrar las posibilidades expresivas, amor, odio, alegría, entusiasmo, insulto, etc. Se expresan de variada manera dependiendo de la situación del hablante.
Tenemos en guaraní un recurso enfático, por demás contundente. Sabe uno dónde y cuándo nació, lo cierto es que se ha constituido parte de nuestro lenguaje cotidiano. Al ejecutarlo, su efecto puede ser variado dependiendo de dónde y cuándo lo haga. Adquiere su significación en el contexto y en el énfasis del hablante y es aguda lanza de quien lo emplea en el momento justo. Expresión que viene a completar tajantemente una idea, una opinión, o una actitud: es el sapukái.
Éstas ayudan, en todas las experiencias del hombre, a cerrar las posibilidades expresivas, amor, odio, alegría, entusiasmo, insulto, etc. Se expresan de variada manera dependiendo de la situación del hablante.
Tenemos en guaraní un recurso enfático, por demás contundente. Sabe uno dónde y cuándo nació, lo cierto es que se ha constituido parte de nuestro lenguaje cotidiano. Al ejecutarlo, su efecto puede ser variado dependiendo de dónde y cuándo lo haga. Adquiere su significación en el contexto y en el énfasis del hablante y es aguda lanza de quien lo emplea en el momento justo. Expresión que viene a completar tajantemente una idea, una opinión, o una actitud: es el sapukái.
Corolario de una fuerza expresiva, que nadie piense que
constituye un elemento cómico del lenguaje, el sapukái es una honda expresión
de un modo de ser y de sentir, su ejecución implica una fuerza tal que parece
ser que con ella se va el alma…y es que se va.
A doña Ramona Galarza le han pedido en un canal de televisión que haga un
sapukái y no lo hizo porque dijo: "¿Y por qué he de hacerlo?"y se lo
han recriminado, y es que el sapukái es un estado de ánimo, puede ser
tristemente alegre o alegremente triste, un sapukái acongojado, largo y
lastimero (sapukái puku) como el de los isleños, un sapukái largo, pero alegre
que significa triunfo y algarabía como el de los hacheros que acompañan la
caída del árbol con un sapukái después de tantos hachazos; congoja y alegría
muestran el alma del paisano.
Nuestros soldados han plagado el viento de sapukái en Malvinas, y aquí podemos terminar de entender por qué dije que es tristemente alegre.
Mirtha Legrand había dicho a un famoso correntino de la farándula que esta situación constituía un cuadro tragicómico, nada más equivocado, porque el sapukái es quizás, fundamentalmente, un grito de guerra de insulto y menosprecio hacia el potencial enemigo, cuando se juega el hombre el todo por el todo, o como en Malvinas el todo por el nada, es sapukái es una inyección potente de coraje.
Insulto o grito de guerra, agravio o exclusión, son formas que la lengua supo construir según se fue acomodando a los tiempos, esto forma parte de nuestra cultura, de nuestra forma de ser. Ndoñe'ei o sapukái ( no habla, pega un sapukai) me resisto a traducir como grito, porque no lo es, con poca labia por la lengua arrancada nos han quedado estas frases y el sapukái, como forma innegable de un innegable derecho, recuperar y hace ruso de una lengua que nos identifica como pueblo, pueblo que busca en sus raíces culturales la razón que la impulse hacia el lejano suelo de una tierra sin mal.
Nuestros soldados han plagado el viento de sapukái en Malvinas, y aquí podemos terminar de entender por qué dije que es tristemente alegre.
Mirtha Legrand había dicho a un famoso correntino de la farándula que esta situación constituía un cuadro tragicómico, nada más equivocado, porque el sapukái es quizás, fundamentalmente, un grito de guerra de insulto y menosprecio hacia el potencial enemigo, cuando se juega el hombre el todo por el todo, o como en Malvinas el todo por el nada, es sapukái es una inyección potente de coraje.
Insulto o grito de guerra, agravio o exclusión, son formas que la lengua supo construir según se fue acomodando a los tiempos, esto forma parte de nuestra cultura, de nuestra forma de ser. Ndoñe'ei o sapukái ( no habla, pega un sapukai) me resisto a traducir como grito, porque no lo es, con poca labia por la lengua arrancada nos han quedado estas frases y el sapukái, como forma innegable de un innegable derecho, recuperar y hace ruso de una lengua que nos identifica como pueblo, pueblo que busca en sus raíces culturales la razón que la impulse hacia el lejano suelo de una tierra sin mal.
Fuente: Diario La República de Corrientes.
Suplemento cultural del día 06 de octubre de 2006. Extracto.
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