La festividad de San Juan Bautista
es una de las celebraciones más importantes en la ciudad de Corrientes al ser
su santo patrono. Por ello, en esta fiesta se realizan misas y procesiones, así
como se práctica un rito ancestral: el tradicional cruce de las brasas o Tatá
Yehasá (Tata jehasa / tata = fuego, jehasa = pasada, travesía).
En la víspera se realiza el encendido de
Luminarias. En el frente del templo y en los barrios humildes tanto como en las
casas céntricas la gente enciende las "Luminarias de San Juan", simples
candiles adornados que pueden ser vistos junto a las ventanas o en el portal de
las casas, o también en los cordones de las veredas. A este artefacto -que todavía usan en las zonas rurales marginales
de nuestra provincia- se lo cubre con una armazón de alambre recubierta con papel
de colores tipo de barrilete y adentro tiene un algodón mojado con kerosén que
se va consumiendo lentamente.
Se hace también la quema del
muñeco, que simboliza el paso del hombre viejo al hombre nuevo.
PASO
SOBRE LAS BRASAS
El cruce de brasas que se practica
cada víspera de San Juan, es decir el 23 de junio a la medianoche, constituye
una de las prácticas más impresionantes en toda el área de influencia
guaranítica y también en el interior del Chaco. Constituye un fenomenal acto de
fe. Porque, según afirma la tradición popular, aquel que tiene firme su
creencia el santo lo protegerá al pasar descalzo sobre un colchón de brasas al
rojo vivo. Claro que no siempre le va bien al que se anima a demostrar
públicamente su fe. Cuando sufren graves quemaduras algunos pasadores, el
pueblo encuentra los justificativos para no perder su fe. Afirman por ejemplo
que las brasas tenían demasiado cenizas,
o el creyente tenía los pies húmedos, que la leña utilizada no era
"campana" (leña seca que
al golpearse suena como campana), y otras afirmaciones
como las descriptas.
La quema de la madera campana debe
hacerse durante tres horas. En Europa se utilizaba leña de roble. En Misiones
se usa leña de naranjo y en la región
chaqueña y correntina, usualmente se utiliza jacarandá, ñandubay, ñapindá o garabato. Toda esta leña tiene la
característica de tener bajas calorías. Terminada la quema se extiende un
colchón de brasas de 5 ó
6 metros
de largo con un
espesor de 10 cm. Algunos afirman que se debe pasar en pareja.
Esta tradición religiosa ha creado
toda una batería de creencias, donde los devotos del Santo le hacen ofrendas de
fe y además le piden favores especiales,
sobre todo las solteras que tienen urgencias por el casamiento.
Otra costumbre popular es el
"Toro Candil", que los niños
especialmente y jóvenes utilizan para jugar en el medio de la fiesta que suele
acompañarse de bailantas chamameceras.
Aún se mantiene en las parroquias
barriales reunirse los vecinos para la misa formal que dicta la liturgia
católica y luego seguir la fiesta popular con baile y quema del muñeco
que representa al demonio o al “hombre viejo”.
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